lunes

La crisis, joder con la crisis...



La crisis.

No hace falta más que salir un sábado por la noche. A cenar, primero, y unas copitas.

Joder, con la crisis, que decía el flaco madrileño de Jaén, ¿dónde está la crisis?

Y es que ya somos todos expertos en el tema. No hay más que subir a un taxi o hablar con tu frutero. O ver los telediarios, que viene a ser lo mismo.

Pero es que no puedo. Pero es que yo soy un cacho capullo.

De verdad, Mari, no puedo.

Que me cuenten a ver porqué tengo que confiar para que me/nos saquen de la crisis a los mismo que nos han metido en ella… O los que dicen que no se podía ver venir, o sea a los expertos… Qué me adornen el motivo de que una debacle económica que proviene del mangoneo consentido en el mercado financiero debe ser pagada por el mercado laboral.

No sé, debió ser la leche de pequeño, consultaré la marca con mi madre, a ver si fue eso, pero cuando esos mismos que ocupan los sillones del congreso, o los despachos de las transnacionales indistintamente, me quieren contar lo bien que nos van a sacar de ésta me entra la risa.

Todo suena a cuento chino.

Por eso, aunque odie leer en ordenador, me he tragado enterito este libro de Juan Torres, un catedrático de economía de la Universidad de Málaga que ya resumió el principal motivo de esta crisis en el título de otro de sus libros, “Toma el dinero y corre. La globalización neoliberal del dinero y las finanzas” (Icaria)”. En el libro explica, con multitud de datos y de forma muy sencilla, el asunto.

Y chico, insisto, a los que tomamos la leche adulterada (mi madre me lo ha confesado entre lágrimas, era más barata) nos convence.

El prólogo viene por cortesía de Pascual Serrano, y entre otras maravillas os dejo estas dos que me tocan de cerquita:


Hace diez años recomendaban que nos hiciéramos un plan de pensiones privado porque el sistema público no estaría en condiciones de garantizar el pago de nuestra jubilación y ha resultado que ha sido el sistema público el que ha tenido que rescatar al privado de la bancarrota”


(Esta es que me ha hecho gracia porque a mí me pasó. Hace cinco años quise hacer un depósito en una caja y me recomendaron hacerme un plan de pensiones: tenía 27 años. Con un par.)


Esos ejecutivos y banqueros que han provocado la crisis se siguen burlando de los ciudadanos cada día que pasa. Mientras conocemos los multimillonarios rescates bancarios con dineros públicos, en Munich se inauguraba en octubre de 2008, con gran éxito de asistencia, la Feria de Millonarios, donde encontramos un teléfono móvil que se vende por 178.000 euros, una almohada adornada con diamantes por 300.000 euros, cigarros envueltos en oro, el último Ferrari, el mayordomo perfecto, yates, casas de caviar y champán... Esos días se conoció que el dueño de la inmobiliaria española Fadesa se adjudicó a su cuenta personal 139 millones de euros de la empresa antes de declarar la suspensión de pagos,…”


(Esta tiene menos gracia. Un conocido, fontanero, recibió una contrata de Fadesa para una urbanización entera. No veas su alegría. La suspensión de pagos de esta empresa le ha dejado en la bancarrota, a punto de embargarle el piso, y con deudas que no podrá pagar nunca. Una vida arruinada por hacer bien su trabajo. Que le aprovechen los 139 millones a don Martín, que no seré yo, ni mi conocido, quien le llore…)


En fin, muchos más ejemplos de cómo nos toman el pelo con complejos cálculos y estadísticas. Y me dejo al colaborador: Alberto Garzón Espinosa. No se retire al merito a quien lo tuviere…


El libro, admeás, se puede descargar gratis de muchas páginas, y si lo queréis en papel, sólo cuesta 2 euros más gastos de envío. Aquí os pongo a los que tengáis curiosidad, o hayáis bebido también leche adulterada y no os convenzan las empresas de comunicación: en la web del autor, en la web de Pascual Serrano o en Alterzoom, una página dedicada a analizar el discurso de las empresas de comunicación.


2 comentarios:

Caracola Light dijo...

Encantado de leerte y poder comentar.

ERES UN DIOS PARA MIS PALABRAS

Saludos

Caracola Light dijo...

Por cierto, he tenido que sacar mi plan de pensiones, para pagar una deuda en una construcción, con esto de la crisis...