martes

Saldando deudas III: el 23 de abril



Todo el mundo dice que este 23 de abril en Zaragoza ha sido estupendo, que hizo buen tiempo, que se vendió mucho… Un exitazo, vamos.Y yo lo corroboro. Aunque por motivos algo diferentes. Mi historia comienza igual. Vendiendo mucho. Salimos a la calle con el bicho y ninguna otra promoción, y nos volvimos sólo con 11 ejemplares. Los supervivientes. El resto de la sección cayó en combate. Pero lo bonito no fue la venta (y digo esto sin que sirva de precedente). Lo bonito fue la gran cantidad de gente que cuando vio mi nuevo libro lo quiso comprar porque le había encantado el anterior. Una sorpresa enternecedora.Del primer libro se vendieron más de un millar de libros. Pero no te das cuenta de lo que eso significa, los libros desaparecen del almacén e intuyes que es bueno, pero no sabes dónde van a parar. Es como si alguien los tirara poco a poco al río. Los libros ya no están y quieres creer que siguen vivos, pero son como hijos que van a la guerra: un buen día todo termina y nunca regresan.En esta ocasión regresaron.

Ha sido maravilloso descubrir hasta que punto Al final de la Cebada gustó a la gente, como se acordaban de él, como esperaban el siguiente y cómo se emocionaron al encontrarlo. La gente alrededor de ellos, cuando hablaban de la Cebada, compraban ese, en lugar de comprar la novedad. Nunca lo hubiera imaginado.

Muchas gracias a todos/as que me habéis tenido la paciencia. Prometo no tardar tanto nunca. Y a los que habéis confiado en mí por primera vez, espero no defraudaros.Os quiero a todos. Ahora ya sabré que responderme cuando me pregunte, las noches de frío en los huesos, cuando las frases se atascan en el barro, cuando las páginas escupen a la cara, porqué demonios escribo.
Escribo porque estáis ahí.


(La habitación es el zulo donde estuve un mes encerrado en Estocolomo terminando el libro)

7 comentarios:

Anónimo dijo...

hola:

estoy tan ocupada metiendo en cajar lo que era mi vida que ando desconectada de todo. No sabía que ya tenías la novela: ¡enhorabuena, sé cómo es esa fantástica sensación!; tampoco sabía que la presentación sería el 16, pero allí estaré.

Un besito y mogollón de suerte

Virginia Barbancho dijo...

Terminaste el libro en un zulo??... Cómo?????

Dime que por lo menos se veía algo bonito a través de la ventana!!!!

Mario dijo...

Nada, se veía la plaza de una residencia universitaria, con una lavandería, un supermercado y mucha nieve gris de las pisadas... 17 m2 de habitación con un baño y derecho a cocina.

Natsuko dijo...

Bueno, he leído el blog sólo por encima, pero quiero felicitarte por la novela. La compré el día del libró en un garito de los "no famosos", al frente del cual hay un hombre muy simpático, que hace unos años nos recomendó "Escarcha sobre los hombros" de Lorenzo Mediano (desde entonces nos fiamos plenamente de su criterio) y que este año insistió en que nos llevásemos "Cuando tu rostro era niebla". Me ha encantado, fascinado. Lo leí hace un mes, y lo estoy volviendo a leer, para paladearlo despacio... que en la primera lectura siempre se me escapan cosas.

Gracias por el libro, y por redescubrirme Zaragoza.

Anónimo dijo...

La verdad es que no estaba muy segura de donde colgar este comentario, pero puesto que compré el libro el 23 de Abril, lo ubico aquí. Hace apenas unos minutos he acabado "Al final de la Cebada" y, qué voy a decir, que se me ha metido muy dentro y no quiere salir. Que ya te lo habran dicho miles de veces, pero por una más, tampoco pasará nada; me encanta cómo escribes, lo que piensas en el libro, el cómo lo dices,...He de reconocer que me he enfadado un poco contigo al final del libro, pero que después de pensarlo un rato ha acabado por gustarme también el final. Y como homenaje, en cuanto acabe de escribir esto, me pongo con "Cuando tu rostro era niebla".

Muchas gracias, hoy tienes una fan más.

Saludos desde al ladico de la Expo2008 (qué ruidera montan, por Dios!!!)

Mario dijo...

Hola Natsuko y Julia, muchas gracias por los comentarios. Me alegro de que os hayan gustado. No sé muy bien qué decir...
Un saludo inmenso, no me olvido del blog pero este inicio de verano está siendo agotador.
Un abrazo enorme para ambos...

Carlos LABARTA dijo...

Muchas gracias por un blog tan fresco y cercano! Desearía poder leer a un paisano mío, pero estoy en tierras enemigas... de cualquier otra literatura que no sea la suya... Me conformo con estos apéndices que dejas aquí y con tus entrevistas. En horabuena! Estas en Tropo? Conocí a Óscar hace tiempo, y lo reencontré en una nueva concesión de un premio a una obra suya, un relato corto. Salúdale de mi parte, auqnue es muy posible que no me recuerde. Ahí está mi blog para que le eches ese vistazo crítico, que este mañico en destierro voluntario aceptará gustoso de un compatriota admirado como tú. En horabuena por todo!