jueves

El cobrador de la luz

El otro día hablaba con una persona de los problemas del mundo. Era una persona de esas que, en breve, creo que comenzaré a considerar como E.S. (Espacio Seguro: lugar, persona, canción, libro y demás reductos donde uno puede dejar de ser el que parece que es y ser quien realmente es a salvo), y hablábamos con unos mil kilómetros y unas veinte horas de sueño encima en los últimos cuatro días. Habíamos llegado a la conversación de forma rápida, eficaz, precisa. Hablábamos en la calle, esperando que otras personas recogieran su equipaje y se nos unieran.

En el análisis de la cosa, no hubo muchas divergencias. Las opiniones se separaron, como no puede ser de otro modo, cuando se abordaron las soluciones posibles. Dejé caer algo de la teoría del trabajo-valor y alguna cosita más, pero creí percibir en las opiniones de esta persona a mi querido Sastre.

El cansancio y el resto de acompañantes se nos echaron encima y dejamos pendiente la continuación del tema para otra ocasión. Sin embargo, en el regreso a casa, me acordé de una cita que Vázquez Montalbán ponía en boca de un profesor de literatura francesa de Pepe Carvalho.

Ayer por la mañana encontré el libro y la transcribo:


“Imagínense ustedes que el hombre angustiado de las obras de Sastre, en pleno ataque de angustia, oye una llamada a su puerta. Acude y es el cobrador de la luz. Si puede pagar, bien. Puede continuar con su angustia metafísica. Pero si no puede pagar se le va la angustia a paseo y le viene otra”.


Recuerdo que hace ya mucho tiempo, los años y esta cita, me libraron de caer en el pozo adolescente de la angustia de tomarme una cerveza bien fría sin motivos para vivir.

Buff, menos mal… No puedo imaginarme el coñazo que debían resultar los rojeras de mayo del 68 cuando, entre pintada por aquí, barricada por allí, guitarrita por estribor y polvo con Ivette o con Jean Marie por babor, se ponían a arreglar el mundo.

Mucho mejor hacerlo bien cansado, en mitad de una calle, con sólo cinco minutos por delante.

Con rapidez, eficacia y precisión.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Diga que si. Al final la solución es la misma.

Anónimo dijo...

Sabia reflexión para los tiempos que corren que ante todo son rápidos. Pero la evaluación final que haces denota que te has parado a pensar...

Un saludo con sabor a cebada...